Taupo, una escala perfecta

Durante nuestros primeros días en Nueva Zelanda habíamos pasado de Auckland a viajar por todo Northland y ahora nos veíamos obligados a asentarnos a precio cero para buscar trabajo. Desde que salimos de España teníamos claro que las dos zonas donde más posibilidades había de lograrlo eran Bay of Plenty y Hawkes Bay, ya que en unos días debía comenzar la temporada de recogida de peras y manzanas y necesitarían mano de obra. Nos decidimos por ir a la segunda y haríamos parada en Taupo, desde donde buscaríamos.

La ciudad y región de Taupo se encuentra casi a mitad de camino entre Auckland y Hastings, donde están la mayor parte de las huertas de manzanas y peras. A la orilla del mayor lago de la isla norte y rodeada de montañas, muy cerca de otras actividades turísticas, la ciudad tenía la mayor cantidad de zonas de alojamiento gratuito y en una de ellas, el Reid's Farm, las furgonetas pueden pasar hasta siete días. Allí colocaríamos nuestro cuartel general de búsqueda de trabajo ahorrándonos el gasto de alojamiento y durante el día pudiendo utilizar el wifi de la biblioteca municipal.

El 29 de enero amanecimos en Ngatea y pusimos rumbo a Taupo, donde en apenas dos horas llegábamos e íbamos directo al centro de la ciudad a comer en un McDonald's muy especial, uno con un avión en el restaurante donde puedes comer. El avión estaba cerrado, pero ya que estábamos allí lo veíamos y aprovechábamos para comer antes de irnos al lugar donde más tiempo pasaríamos en la ciudad: la biblioteca.


Desde la tarde del jueves, cuando llegamos a Taupo, pasamos en la biblioteca de la ciudad casi todo el tiempo que estaba abierto (de 8 de la mañana a 3 de la tarde, a las 12 los sábados), a excepción de la comida. Estuvimos cargando los aparatos aquel jueves y cuando cerró fuimos hasta el Reid's Farm. El lugar se encuentra a unos cinco minutos en coche del centro de la ciudad, en la misma carretera que lleva a las cataratas Huka. Se trata de una gran zona de acampada junto a un río, llena de coches, furgonetas y tiendas de campaña, con baños muy sucios que sólo usamos la primera noche (el resto de días íbamos directos a Taupo). La mayor parte de la gente que allí nos juntábamos eramos mochileros, de distintas edades, nacionalidades, en pareja o grupos, que aprovechábamos para leer, bañarse en el río o charlar. Igual para temporada alta, como fuimos nosotros, algo saturado, por eso también hay que aprovechar para ir temprano, pero lo pasamos muy bien viendo a toda la gente que había.

El viernes por la mañana madrugamos y desayunamos en el mirador que encuentras al tomar la carretera principal rumbo al centro, llegamos a la biblioteca y comenzamos nuestra búsqueda intensiva de trabajo. Sabíamos que Rober y Berta, los compis de Dando una vuelta por el mundo, estaban en Hastings desde diciembre trabajando en una Orchard (así se llaman las empresas de frutas aquí), así que había posibilidad de que saliera algo. Y además, todo el mundo nos decía que en Nueva Zelanda en dos días encuentras un trabajo, así que queríamos poner a prueba ese tópico. Encendimos el ordenador, abrimos Google Maps e hicimos zoom a las afueras de Hastings. A cada huerta con el nombre de una empresa que nos aparecía la buscábamos en Google y apuntábamos su número de teléfono o email. Y además, en la web de NZ Food and Beverage había un listado de empresas. Llamamos por teléfono a unas veinte empresas, pero las pocas que nos cogieron el teléfono nos decían que hasta dos semanas después no había nada. Pero una de ellas, a la que habíamos enviado un email, nos contestó.

La empresa RJ Flowers nos contestó diciendo que tenían trabajo para nosotros y además con alojamiento de 120 NZD por persona a la semana. Si lo queríamos era nuestro. Evidentemente, era justo lo que buscábamos. Le respondimos afirmativamente y esperamos a que nos contestara para saber dónde teníamos que ir y qué día empezábamos. Como era viernes a la hora de comer, tampoco esperábamos que lo hiciera en el momento, así que salimos y esperamos. Unas horas más tarde hablamos con Rober y Berta para saber si eso del alojamiento era normal allí, ya que ellos también vivían en una casa que pertenecía a su empresa. Cuando nos preguntaron cómo se llamaba y dijimos el nombre, su respuesta fue de asombro absoluto. ¡Era la misma en la que estaban ellos! Y seguramente la casa sería la misma, así que viviríamos juntos. Sólo nos faltaba que Wendy, la chica que nos había respondido, contestara.


En Taupo, durante los cuatro días que estuvimos, siempre llovía al menos una vez y normalmente de noche. Y siempre estuvo nublado, así que nos perdimos las vistas de los alrededores. El fin de semana no confiábamos en recibir respuesta de RJ Flowers, aunque estábamos optimistas y casi dábamos por hecho que lo conseguiríamos. Íbamos a reservar el fin de semana para visitar un poco la zona así que el viernes por la tarde fuimos al i-Site de Taupo, donde íbamos con la idea de saber qué atracciones turísticas eran gratuitas parado fin de semana. Cuando preguntamos si las Huka Falls (las cascadas) lo eran, nos respondieron que sí; cuando preguntamos si los Aratiatia Rapids lo eran, también; cuando íbamos a hacer la tercera pregunta, sacaron un papel con todas las actividades gratuitas de Taupo, ideal para unos Low Cost como nosotros.

Así pasamos el sábado visitando las Huka Falls, unas cascadas/rápidos impresionantes, con una gran fuerza del agua y un color cristalino. Y tras ello, los Aratiatia, unos rápidos que se producen a determinadas horas del día cuando abren las compuertas de la presa. Impresiona ver el cauce del río casi vacío y cómo se va llenando hasta tener muchísima agua. Y por último, una visita a una tienda de miel, donde tienen panales donde poder ver avispas trabajando y probar diferentes tipos de mieles o cremas para las manos, y al jardín de rosas de la ciudad.





El domingo lo reservamos para visitar la reserva botánica de la ciudad, un bosque precioso a las afueras de la ciudad, junto a una zona de lujo. Y a unos kilómetros de la ciudad, en la carretera que lleva a Napier, nos fuimos a la reserva de Opepe, otro bosque lleno de enormes helechos y árboles. Además esconde un cementerio en el que descansan once soldados británicos que murieron a manos de los maoríes durante la guerra del siglo XVIII. Merece la pena venir hasta aquí.

El lunes las 8 de la mañana no faltamos a nuestra cita con la biblioteca. Había que ir temprano porque en una hora se llenaba de mochileros (literalmente, había gente que se sentaba en el suelo) y podías quedarte sin sillas y peor aún, sin enchufes. Wendy seguía sin contestar y nos agobiábamos pensando que tal vez no era tan fácil eso de encontrar trabajo. Nos planteamos ir hasta Napier/Hastings, pero no había ningún sitio donde dormir gratis y sería más gasto. Hasta que cerca del mediodía recibimos un email. Era de nuevo Wendy, que nos preguntaba si queríamos o no el trabajo. Nos extrañó porque le habíamos respondido con un sí rotundo, así que volvimos a responderle y de nuevo tardó en contestar. Caímos en la cuenta de que debía haber algún error a la hora de mandar los email y en lugar de responder a su email escribíamos uno nuevo. Y así fue como nos contestó que al día siguiente comenzaríamos en la empresa. Sin tiempo para mucho más y con una biblioteca a reventar de gente, recogimos todo y nos montamos en la furgoneta. Teníamos trabajo y casa y dos horas por delante hasta llegar a Napier y después a Hastings. Habían acabado nuestros días de viajeros en Nueva Zelanda y comenzaban los de trabajadores.

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