El último día de nuestra escapada coincidió en domingo y lo dedicamos a pasear, dejándonos llevar sin mapa en mano todo el día.
A primera hora y aprovechando que estaba cerca del hotel nos fuimos andando a la zona de los museos, donde se encuentran las famosas letras de "I Amsterdam". Pensamos en ir tempranito para que no hubiera mucha gente y poder hacer fotos... pero casi imposible. Aquello estaba lleno pero al final pudimos hacernos nuestras fotos con la letras, entre hueco y hueco.
Parque donde se encuentra el Museo Van Gogh y el Museo Stichting Vrienden Zaans |
Nos encantó este barrio: más pudiente y con estilo, con muchas zonas verdes, espacioso, mucha calma, una pista de hielo para patinar y el Riksmuseum, una preciosidad de edificio. Dimos un paseo por la zona pero sin entrar en ningún museo. Sí, estás leyendo bien, no entramos en ninguno, ni en el de Van Gogh. Al principio era por el presupuesto bajo que llevaba, que al final el dinero de la entrada se convirtió en unos quesos y cajas de galletas... pero en fin, como siempre dice mi madre: deja algo por ver para tener que volver. Me arrepiento mucho, pero sé que a Amsterdam volveré seguro.
Muy cerca de allí está el Vondel Park (el más grande de la ciudad). Estuvimos paseando, tranquilas, observando la vida de los holandeses: con sus bicis, corriendo y practicando toda serie de deportes, leyendo, etc. En una de las salidas del parque está la calle Roemer Visscherstraat, donde desde el número veinte al treinta y dos hay unas casas muy especiales, decoradas cada una de siete países diferentes. Es muy curioso y una calle bonita. ¡España es una de ellas!
Casa de Rusia en la calle Roemer Visscherstraat |
El resto del día lo dedicamos a pasear por el centro. Nos perdimos entre canal y canal, nuestras piernas iban para el barrio de Jordaan y Harlemstraat, que tanto nos gustaban. Nos comimos las patatas número uno de Holanda, que se encuentran en la Calle Damrak. Verás que hay mucha gente haciendo cola. Estaban buenas, pero pedimos demasiadas y las acabé aborreciendo. Vimos escaparates, bares, pastelerías, tiendas de moda, tiendas vintage, pastelerías, canales, cafés, pastelerías... ¿tres pastelerías? Sí o más. Las hay por todas partes menos cuando las necesitas. Tuvimos un momento de agobio de querer tomar un café con pastel en algún sitio de todos los que habíamos visto días atrás, pero no la encontramos. Al final nos metimos en el Café Ovidius que está en el Magna Plaza Shopping Centre, cerca de la Plaza Dam. Muy tranquilo, de madera y no muy caro, pero nada de pasteles. Allí descansamos y nos fuimos andando hacía el otro lado de la ciudad y ya encontramos una pastelería donde pudimos ponernos "finas" a dulces.
Deliciosos escaparates que invitan a entrar |
Cuando empezó a anochecer nos fuimos directas al "Amsterdam Light Festival", un festival que se realiza en la calle (en la época navideña) donde distintos artistas internacionales muestran sus creaciones con la luz como protagonista. Comienza en el Amsterdam Waterloonplein y allí vendían por dos euros el mapa con las rutas y la explicación de cada obra. Nosotras no lo compramos ya que estaba muy bien señalizado y había personal muy atento, que al vernos con la cámara y el trípode, nos informaba por donde ir. Si vas por estas fechas no dudes en asistir, este es el segundo año que lo hacen y están encendidas de 19h a 23h. Nos llevó unas dos horas recorrerlo, pero también porque estuvimos haciendo fotos dedicándole tiempo y "jugando" con la cámara.
Después ya volvimos al hotel despidiéndonos de Amsterdam, ya que al día siguiente por la mañana se acaba nuestra escapada.
Aquí está el resto del diario:
Día 1: Paliza para llegar a Amsterdam y primer contacto con la ciudad.
Día 2: Tour Free y Ana Frank
Día 3: Domingo de paseo (estás aquí)
Día 4: De vuelta a casa y presupuesto de la escapada.
Cualquier duda: ¡¡¡comenta que me hace ilusión!!!
me encantó lo de nos pusimos ''finas'' a dulces, no somos golosas ni ná... jeje
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, muy bien narrado, buenas anécdotas, fotos... gracias !!
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