Ruta por Northland: última etapa

Nuestro viaje por Northland, el primero que realizábamos desde que aterrizamos en Nueva Zelanda, nos había llevado desde Auckland hasta el Cabo Reinga pasando por la oficina del Inland Revenue para obtener nuestro número IRD. Nos faltaba una última etapa antes de abandonar el norte de la isla y comenzar nuestro viaje hasta Hawkes Bay con parada en Taupo.

DÍA 26 DE ENERO: DE PUKETI FOREST A TROUNSON PARK

Nos despertamos con la nota del Ranger en el cristal, así que cumplimos con nuestra obligación y dejamos el sobre en el buzón. Este día teníamos planeado atravesar los bosques de kauris de Northland. Unas de las ciudades que atravesamos nos dejó el primer gran susto del viaje. Paramos a llenar el tanque de gasolina y usar los baños públicos y fuimos a una tienda a comprar un adaptador para los enchufes y tras esto, montar en la furgoneta y marchar. Fue en ese punto cuando nos dimos cuenta que no encontrábamos el móvil. Lo buscamos por todas partes y no aparecía. Fuimos de vuelta a la gasolinera a ver si estaba allí e incluso llegamos a llamar por si alguien lo había encontrado y contestaba, pero se había quedado sin batería. Volvimos a los baños y a la biblioteca que está al lado y nada. Pero como suele pasar, faltaba un último chequeo a la bolsa donde siempre lo guardábamos y ahí estaba. Alivio. ¿De quién crees que fue la culpa? ¿De Alejandro o de Ana?

Así se paga un camping del DOC en Nueva Zelanda
Tras el susto seguimos en el camino y paramos a tomar un zumo en el i-Site de Opononi, junto al Hokianga Harbour. Nos fuimos poco a poco acercando al bosque de Waipoua, donde en uno de ellos nos esperaba un árbol de más de mil años, el Tane Mahuta, el Kauri Gigante. Comenzaban de nuevo a aparecer las montañas y a lo largo del lateral de la calzada veíamos los impresionantes Silver Ferns, el helecho que se ha convertido en la imagen nacional de Nueva Zelanda. La vegetación envolvía un camino lleno de curvas y disfrutábamos del paisaje. Unos metros más adelante vimos el cartel que indicaba la presencia del ancestral árbol, así que aparcamos la furgoneta y comimos algo antes de verlo.

Los bosques de kauris están muy protegidos en Nueva Zelanda. Todos están sometidos a rigurosos sistemas de seguridad para no dañar las delicadas raíces y no contaminar el suelo. A este árbol de más de mil años sólo puedes llegar caminando por una pasarela, donde tras unos metros lo encuentras dominando todo el bosque, con decenas de metros de altura y una anchura superior a dos metros. Y no sólo está él, sino que a su alrededor todo son kauris. Una gozada.

Seguimos bajando por la carretera en dirección al camping de Trounson Park, también del DOC, donde pasaríamos la noche. Cuesta 10 NZD y dispone de cocina totalmente equipada y, sorpresa, ducha de agua caliente. A su lado hay un pequeño bosque de kauris donde puedes hacer una ruta de unos 45 minutos caminando y donde de noche, si tienes mucha suerte, puedes ver kiwis en libertad. Nosotros en lugar de eso nos encontramos de bruces, al terminar la caminata, con un chico guitarra en mano, estropeando todo el ambiente que nos había envuelto la última hora. Pagamos nuestros 20 dólares con el método del sobre y el buzón y pasamos la noche oyendo el ruido de los pájaros.

Los Silver Ferns a pie de carretera
Uno de los miles de kauris de la Isla Norte
DÍA 27 DE ENERO: DE TROUNSON PARK A PORT ALBERT

Amanecimos junto al bosque y desayunamos tranquilamente en el camping, junto a muchos alemanes, israelíes, francesas, chinas e incluso luxemburgueses. Ese día sabíamos que no veríamos demasiado, ya que la ruta hasta Port Albert, donde dormiríamos, no era la más atractiva de la ruta. Salimos pasadas las diez de la mañana justo cuando empezó a llover.

Condujimos por la SH 12 en la parte occidental de la Twin Coast Highway hasta Dargaville y posteriormente bordeando el río Wairoa hasta volver a entrar en la SH 1 y bajar hasta Wellsford. Paramos a reponer de nuevo gasolina y decidimos comer en un Subway, una cadena internacional de bocadillos. Y fue nuestra perdición. Por unos 5 NZD por persona comimos un bocadillo de jamón cocido lleno de verduras que nos enamoró. Y desde entonces han caído muchos más. Muchos.

Tras la comida fuimos directos hasta el sitio gratuito de Port Albert, que habíamos leído a los amigos de Dando una vuelta por el mundo. Se trata de una pequeña ensenada junto a una ría en el Hargreaves Basin. Vimos a una pareja de mujeres pescar y a unos niños lanzarse al agua desde el muelle y disfrutamos con una pequeña haka. Y poco a poco fue cayendo la noche y asistimos a uno de los anocheceres más bonitos que hemos visto en el país hasta ahora.

Alejandro impresionado con Port Albert
Puesta de sol en Port Albert con la marea baja
DÍA 28 DE ENERO: DE PORT ALBERT A NGATEA Y FIN DEL VIAJE

Tomamos el desayuno aquella mañana con la idea de regresar a Auckland para recoger nuestras tarjetas de crédito en la sede de Westpac de Harbour Avenue y poner dirección a Taupo, donde pasaríamos los próximos días y buscaríamos trabajo en la recogida de fruta en Hawkes Bay. Partimos temprano y antes del mediodía ya estábamos en Auckland, así que fuimos hasta el sur por primera vez desde que habíamos aterrizado en el país. La SH 1 en el tramo entre Auckland y Hamilton es muy distinta a lo que habíamos visto hasta entonces, era la primera autovia que conducíamos.

Cambiamos de carretera en Pukekohe y abandonábamos la región de Auckland para entrar en Waikato. Queríamos hacer noche en Waitakaruru, pero al llegar vimos que sólo estaban disponibles para caravanas self containers, así que optamos por la opción B, el parking de la biblioteca del pequeño pueblo de Ngatea, algo más al sur y en el camino hacia Taupo.

Este parking está a la espalda de la pequeña biblioteca de este pueblo y en temporada altas puedes dormir cualquier día de la semana. Decidimos comer de nuevo en el Subway mientras veíamos cómo se iba llenando el aparcamiento de coches. Pasamos un rato en la biblioteca consultando cosas en internet y cargando los aparatos eléctricos hasta que cerró a las cinco de la tarde. Fue entonces cuando nos fuimos hasta el Memorial del pueblo, un par de muros donde están escritos los nombres de todas las personas fallecidas de Ngatea desde principios de siglo hasta ahora. Por muy tétrico que pueda sonar, no resulta un sitio desagradable y hay un enchufe, algo bastante valioso en sitios así, por lo que pusimos de nuevo a cargar algunas cosas y pasamos las horas. Para la cena, como era de esperar, nos volvimos a comer un bocadillo del Subway y de ahí a la furgoneta para dormir antes de bajar a Taupo, donde disfrutamos de cinco días en los que reímos mucho, dormimos junto a un río bajo la lluvia y encontramos nuestro primer trabajo en Nueva Zelanda.

El Memorial de Ngatea
Gastos desorbitados de nuestros ocho días por Northland: 

Gasolina: 267,74 NZD (1,70 NZD/Litro) 
Dormir: 92 NZD 
Supermercado: 164 NZD (nuestra primera compra principal)
Fast food: 75,4 NZD 

Total= 600 NZD. Primer susto y primer motivo para buscar trabajo de forma urgente.

En este mapa se puede ver resumido nuestro recorrido por Northland, con todas las paradas que hicimos y todos los sitios donde dormimos.


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