Muchos viajeros suelen dudar si incluir o no en su presupuesto contratar un seguro de viajes. Si viajas por Europa puede parecer un asunto menor, pero si vas a viajar a Asia, África o Norteamérica se hace casi obligatorio, ya que los costes médicos en estos países se disparan con cualquier intervención, por mínima que sea, y ninguno estamos a salvo de una mala caída, un virus o una apendicitis. Nosotros siempre usamos y recomendamos IATI Seguros, ya que las coberturas que ofrece, los precios y la atención personal son muy buenas. Por supuesto, la oferta es amplia, pero siempre hay que andar con ojo a la letra pequeña y no dejarse llevar únicamente por el precio.
¿POR QUÉ USAR SEGURO DE VIAJES?
Seamos sinceros, todos pensamos que nunca nos va a pasar nada malo cuando viajamos. Es un pensamiento normal del ser humano: las desgracias siempre le ocurren a los demás, ya que tendemos a apartar de nosotros todo rastro de negatividad y atraer buenas vibraciones. Pero eso no siempre es así. Y cuando se habla de desgracias siempre hay que relativizarlas. No sólo es una cuestión de enfermedades, accidentes o algo peor, sino que puede incluir un simple robo o la pérdida de un vuelo con conexión por culpa de la compañía aérea. Son muchísimos los supuestos en que puedes tener que hacer uso de tu seguro de viajes y hay que plantearse que todos pueden ocurrir.
¿Y si al hacer una foto graciosa caes mal, te doblas el tobillo y tienes que ir al hospital? |
Como suele ser habitual, el dinero es lo que normalmente nos mueve a tomar algunas decisiones. Por eso basta con echar un simple vistazo en internet para descubrir hasta qué punto una simple intervención por una apendicitis (algo de lo que ninguno estamos al 100% a salvo) puede costar en nuestro viaje por Estados Unidos. O que suframos algún accidente buceando en Tailandia o haciendo una ruta de senderismo en Nueva Zelanda. El traslado a un hospital, una operación y un post-operatorio en el primer caso se puede ir hasta los 50.000$, que tendrás que pagar al salir del hospital. Con un seguro de viajes adecuado estarás cubierto en este tipo de cosas. Hablamos de cantidades que se pueden ir fácilmente a unas cuantas decenas de miles de euros que probablemente no tengas en tu cuenta el banco.
NUESTRA EXPERIENCIA
En nuestro caso nunca hemos tenido que usar los seguros de viajes que hemos contratado (y que siga siendo así por mucho tiempo) y la única vez que podríamos haberlo hecho no teníamos contratado el seguro adecuado. Cuando nos cancelaron el vuelo desde Calgary a Londres en noviembre de 2016, el seguro que teníamos para ese año con la Working Holiday Visa en Canadá no cubría ningún tipo de gastos derivados de la cancelación del vuelo y todos los gastos que suponía. Además, habíamos perdido los vuelos que nos llevaban desde Londres a Santiago y la noche de hotel allí, así que nos quedamos sin ninguna compensación económica. Por suerte, la compañía aérea sí corrió con los gastos (no todas lo hacen) y pudimos pasar la noche en Calgary y comer, aunque perdimos el vuelo de enlace y tuvimos que comprar otro a última hora.
Nuestro vuelo cancelado en Calgary y que no nos cubría el seguro de entonces |
Pero en un viaje largo puede surgir cualquier imprevisto. Los tabúes que nos hemos impuestos nos obligan a no hablar de ello, pero a lo largo de seis meses, un año o dos años pueden ocurrir muchas cosas de las que no queremos ni oír hablar pero que pueden ocurrir. La muerte o enfermedad de un familiar o que incluso no pase algo a nosotros mismos y no queramos que nuestra familia tenga que cubrir todos los gastos. No es cuestión de crear miedo y que al final decidamos no viajar, sino plantear un escenario que, aunque no sea el habitual, puede darse.
Cuando estuvimos planificando todo nuestro viaje por Canadá y Estados Unidos dedicamos unos días simplemente a estudiar qué seguro de viaje nos iba mejor. Teníamos que considerar muchas cosas. En primer lugar, era un viaje que haríamos en coche, por lo que existía el riesgo propio de la carretera. En segundo lugar, si hacíamos alguna ruta de senderismo no sabíamos si nos íbamos a tener que enfrentar a un oso (pelea que ganaríamos, pero por si acaso), una picadura de serpiente o doblarte un tobillo con una raíz. Lo tercero tiene que ver con lo más material. Hoy día todos viajamos con teléfonos móviles, ordenadores, cámaras de fotografía o vídeo, etc, que son susceptibles de que te sean robadas (esto por desgracia te puede pasar en cualquier sitio). Y por último un agravante a los dos primeros puntos: la mayor parte del tiempo íbamos a estar en suelo estadounidense, que ya sabemos cómo se las gastan con el tema de la sanidad.
Precisamente por todos esos motivos estuvimos analizando todas las opciones con detenimiento. Para este viaje en concreto nos decantamos por el nuevo producto que IATI lanzó unas semanas antes, el Seguro IATI Bloggers y Grandes Viajeros, que te cubre entre seis y doce meses, y que nos lo habían recomendado otros viajeros. Sin pincháis en este enlace podéis ver los precios con el 5% de descuento que obtenéis por ser lectores de nuestro blog. Por coberturas y precios nos pareció la mejor opción posible.
A modo de resumen, no hay nada más importante en ocasiones que decir las cosas claramente y tratar de evitar todos esos tabúes sociales que nos hacen pensar que nada de esto va con nosotros. Lo mejor siempre es ser precavidos y pensar que no estamos exentos de formar parte del juego de azar que supone la vida. Nadie nos asegura cuando viajamos por el mundo que una serpiente nos muerda el tobillo en Arizona, que nos caiga un coco en la cabeza en Filipinas o que perdamos un vuelo en Berlín. Nosotros recomendamos que siempre viajéis con seguro de viajes. Y que ojalá no lo tengáis que usar nunca.
Ni saltando de alegría estamos a salvo de un accidente |
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